Llego del trabajo y espero que Amelia salga corriendo a abrazarme y besarme y sucede que ella está ocupada pintando, jugando, haciendo cualquier otra cosa que seguramente es mas importante que la llegada de mamá a la casa, mi corazón se hace chiquitito y sonrio para acercarme a ella y plantarle un sonoro beso. El fin de semana planifico actividades juntas para que podamos compartir y divertirnos ella y yo, pero ella prefiere quedarse con su prima a quien adora y que la adora a ella, mientras tanto yo me quedo con mis planes y mis ganas de pasar tiempo con ella colgados de la pared. Sí, comprendes lo que sentían tus papas cuando no querías pasar tiempo con ellos y se te parte en pedacitos el corazón. Pero he llegado a la conclusion que no se trata de que Amelia no me quiera, no se trata de que no quiera estar conmigo, no se trata de que no me extrañe, se trata de que simplemente ella sabe que siempre y bajo cualquier circunstancia mamá va a estar ahí para abrazarla, para amarla, para cuidarla, porque para jugar tal vez no seas su primera opción pero cuando necesita ayuda serás su refugio y siempre pedirá tu mano para sostenerse. Así que en conclusión a pesar de los desplantes y lo que duele su indiferencia vas a ser siempre su ancla así que no lo tomes tan a pecho y disfruta de esos ratos en los que sí quiere que seas su compañera de juego y cuando no sólo disfruta el verla feliz.
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